En estos últimos años tuve mi gran despertar cuando descubrí el Femenino Sagrado. Esa fuente de energía que toda mujer lleva dentro, pero que la mayoría de las veces la tenemos dormida o atenuada.
Después de años siendo una persona muy mental, pude conectar con mi cuerpo a través del trabajo menstrual. Y a partir de allí ha sido como si un poder creador se apoderara de mi y puertas, antes impensables, se abrieran.